#Livermtg2018
Bogotá.- A través de la Campaña Regálate Un Minuto, IFARMA estuvo presente en la nueva edición de The Liver Meeting, la reunión anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AASLD por sus siglas en inglés), que tuvo lugar en la ciudad de San Francisco, California del 9 al 13 de noviembre de 2018.
La agenda programada fue bastante nutrida y promovió el intercambio de conocimientos científicos de investigación clínica, básica y traslacional de vanguardia en trasplantes de hígado y enfermedades del hígado y tracto biliar.
Alrededor de 275 millones de personas en todo el mundo viven con el virus de la hepatitis B y se estima que 71 millones lo hacen con el virus de la hepatitis C. Ante este panorama no es de sorprenderse que uno de los temas que despertó un interés particular en los asistentes tuvo que ver con las acciones que se están implementando en diferentes contextos en pro de la eliminación de las hepatitis virales a 2030.
Durante la reunión se resaltó la necesidad de atender a las poblaciones marginalizadas, especialmente a aquellas poblaciones que se encuentran privadas de la libertad y también a aquellas que usan drogas inyectables.
En población carcelaria se presentaron dos interesantes estudios, uno en Canadá que demostró que las personas en tratamiento para la hepatitis C alcanzan una tasa de respuesta viral sostenida del 99% y bajos índices de reinfección, hecho que contribuye a mejorar la salud individual y el bienestar, disminuye el contagio dentro y fuera de las instituciones y favorece las estrategias de eliminación.
También se presentó una experiencia en una cárcel española, donde a través de la telemedicina fue posible atender a esta población y reducir los casos de hepatitis C de manera significativa. Estas experiencias podrían ser replicadas en Colombia con el fin acercarnos a las metas de eliminación a 2030.
En cuanto a personas que se inyectan drogas (PID) surgen reflexiones muy interesantes, además de marginadas son una población bastante estigmatizada y con grandes dificultades para el acceso a los servicios de salud a pesar de ser un grupo en alto riesgo de infección por el virus de la hepatitis C, en Estados Unidos, por ejemplo, cerca del 30% de los casos de hepatitis C se presentan en PID.
El abordaje del consumo de sustancias psicoactivas debe hacerse desde un enfoque de salud pública pues la guerra contra las drogas nos está enfermando. Frente a esta premisa una de las conclusiones de una intervención clave durante el Liver Meeting fue la necesidad de acoplar la atención de la hepatitis C a los programas de reducción de riesgos y daños, incluyendo acceso al diagnóstico y al tratamiento.
Si bien uno de los temas sustanciales durante The Liver Meeting 2018 estuvo enfocado en la eliminación de las hepatitis virales y se oyeron voces sobre la necesidad de diagnosticar y curar, poco se discutió sobre una de las más grandes barreras que los países enfrentan para abordar el objetivo a 2030: el alto precio de los medicamentos.
No se discute en este tipo de escenarios acerca de las estrategias que los países pueden adoptar para garantizar el acceso a tratamientos a precios razonables. Por ejemplo negociaciones de precio que han logrado bajar en más del 70% el precio de los medicamentos para el departamento de asuntos de Veteranos de los Estados Unidos, el acceso a versiones genéricas de antivirales de acción directa en Egipto y Ruanda, e incluso el acuerdo de licencias voluntarias de un nuevo tratamiento pangenotípico que se dio en el marco de la reunión anual pero que no tuvo eco entre los asistentes.
Como conclusión vale la pena resaltar que el camino hacia la eliminación de las hepatitis virales aún tiene un largo trayecto para ser recorrido, sin embargo el mundo cada vez está más sensibilizado sobre el problema que conlleva la infección por el virus de la hepatitis C, iniciativas comunitarias como la campaña Regálate Un Minuto, se están desarrollando en diferentes contextos para encontrar a los millones que faltan, difundir estrategias de prevención, aportar en la construcción de políticas públicas y para garantizar el acceso al tratamiento a precios asequibles.
